jueves, 2 de febrero de 2012

Cristina Müller


















Nombre: Cristina Müller-Karger Pereda
 
Nacionalidad: A pesar de mi primer apellido, soy más criolla que la arepa.
¿Dónde naciste? Aquí en Caracas.
¿Qué cosas en tu niñez te inspiraron para convertirte en ilustradora? Toda información visual era un buen pretexto para quedarme un rato contemplando: una ventana de la casa, un vitral, una mancha en el piso, una fotografía, una imagen de cuento que me atrapaba con su magia. Es así como imagino que cada uno va construyendo su propio código visual, a partir de las referencias que tenga.
¿Qué libro relees, qué autor? Los cuentos de Cortázar, los poemas de Benedetti y a García Márquez.
¿Qué libro no pudiste terminar, y por qué? Hay varios y varias razones, pero Un mundo para Julius me atrapó tanto... El discurso de Bryce Echenique a través del tono narrativo que usa en ese libro, la voz de ese niño. Es una escritura impecable. Todo era perfecto, tanto en forma como en fondo, pero lo tomé en un momento de mi vida que necesité parar, porque me estaba hablando demasiado directamente y sentí un abismo dentro.
¿Qué autor no te gusta? Si te refieres a autores literarios, no sabría decirte, pues si un libro no me atrapa, lo cierro. No leo por obligación desde pequeña, porque creo que leer sin disfrutar es una inmensa contradicción. Pienso que el libro tiene que conectar con algo muy íntimo en el lector. Pero hay otros que no son literarios, que me parecen simplemente un crimen ecológico.
¿Cuál es tu ilustrador preferido? Wolf Erlbruch, sin duda.
¿Qué libro (o de cuál escritor) te gustaría ilustrar? El que estoy ilustrando, jejeje. Pero por ahora es secreto.
¿Con qué personaje literario te identificas? Quisiera ser como la Maga de Cortázar, pero creo que me parezco más a Eva Luna.
¿Con qué libro has llorado? Rayuela.
¿Qué es lo peor que podrían decir de tu trabajo? Que aparente ser un tigre.
¿Qué clase de trabajo debes hacer, dada tu profesión, pero que no te gusta? Verme en la obligación de hacer respetar mis derechos profesionales, evidentemente. Pero imagino que a cada persona en su profesión le toca hacerlo en algún momento.
¿Cuál ha sido aquél trabajo que te salió tan mal que no quisieras recordar? Si no lo quiero recordar, ¿se vale?
¿Consideras que tienes un estilo? No lo tengo tan claro. Creo que he desarrollado más bien un método de trabajo, una manera de enfrentarme a los textos para dar una lectura personal y sincera, pero trato de enfrentar cada proyecto desde el tono que más se acerque al texto y en ese sentido intento ser versátil. También porque me encantan los retos y no me gusta repetirme.
¿Qué sientes cuando estás frente a una hoja en blanco? Vienen a mi cabeza miles de preguntas y las respuestas tardan en llegar. Se siente un gran vacío y mucho miedo.
¿Qué lugar de tu casa prefieres para ilustrar? Tengo mi estudio, donde está todo aquello que supuestamente necesito: mis materiales, mis libros, mi computadora con internet, etc.; aunque en definitiva es un oficio netamente intelectual, de manera que lo que realmente necesito es mi mente clara. Es por eso que cada vez que siento la necesidad de escapar, huir de la rutina (es decir, muy frecuentemente) intento ejercer esa cualidad portátil del oficio.
¿Qué te inspira? Pienso que una obra de arte siempre genera otra, así que me llenan de energía las buenas ideas, los libros bien pensados, la música y en lo posible evito las malas noticias.
¿Te gustan los perros? De pequeña quería ser veterinaria. Los animales todos: los elefantes, los monos, las guacamayas, los gatos, los perros también, las perezas… ¡los pájaros!

¿Te has encontrado alguna vez con una bruja? Lamentablemente.

¿Crees en las hadas? Si se trata de las almas iluminadas, de esas que te dan energía, alegría, esperanza, las que inspiran y te hacen la vida hermosa en un instante con sólo un gesto, sí.

Nombra las tres mejores experiencias como ilustradora: 1. Conocer gente muy valiosa. 2. Aprender a pensar, mucho. 3. Disfrutar la acción de contemplar, respirando.
Nombra tres libros con los que te has sentido una lectora agradecida: Voy a nombrar tres cuyo discurso es netamente visual: Primavera de Manuel Marín, Del otro lado del árbol de Mandana Sadat y el Robinson Crusoe de Ajubel.
¿A quién le darías el Hans Christian Andersen de ilustración?
Es una pregunta difícil de responder, porque existen excelentes ilustradores en todo el mundo. Pero entiendo que se premia el aporte que hace un autor con toda su obra, con su trayectoria, y en ese sentido habría que hacer una investigación exhaustiva y rigurosa de la bibliografía de los ilustradores. Pero te puedo decir que Isidro Ferrer sería uno de mis nominados sentimentales.











Ilustración de Cristina Müller.

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